El espíritu de las Casas de Juventud del 94

Maranya es una alternativa a lo que tradicionalmente se propone en Benicàssim. Mari Carmen (técnico de juventud del Ayuntamiento) así lo cuenta “es una alternativa, es lo que no hay, asociaciones hay muchas en registro de asociaciones del ayuntamiento pero que funcionen de verdad, verdad, verdad pues se pueden contar con los dedos de las manos. Entonces, Maranya es una alternativa más a las más tradicionales porque es la única que aglutina actividades para infancia y juventud, educativas además, o sea que van trabajando en una línea de la mano de la educación. Deberían estar ocupando un lugar importante en el municipio como referentes de un trabajo juvenil, de un trabajo en juventud, de hecho yo creo que están siéndolo ya pero estaría muy bien que tuviesen muchísima más visibilidad y más apoyo”. Interesante destacar que si ese apoyo se hubiese dado a día de hoy Maranya no hubiese cerrado sus puertas y tal vez, seguiría abierta siendo epicentro cultural del municipio.

“Es lo que queda del modelo llevado al estado puro de lo que es una casa de juventud, el funcionamiento de una casa de juventud, el modelo de participación”.

Desde Federació Valenciana de Cases de Joventut explican que, en este momento histórico, es un modelo a seguir porque es la única casa de juventud que ha recuperado el espíritu de casa de juventud que nació en el año 94 y que por diversas circunstancias han ido desapareciendo o modificándose. Maranya, en cambio, es lo que queda del modelo llevado al estado puro de lo que es una casa de juventud, el funcionamiento de una casa de juventud, el modelo de participación, etc (Julio, EG). Jesús Martí afirma que para él es algo más poético, “es una ilusión, es casi un suicidio, es un planteamiento, es gente, es… más que la estructura de Casa de juventud, que lo es también se vive mucho desde fuera, es como esos ciertos detalles que hacen falta que existan para que todos los demás, nosotros, sepamos que es posible conseguirlo, que ahí hay un ejemplo concreto. Yo creo que otras casas pasarán del tema bastante, pero que otras muchas nos identificamos, gracias a ella, más dentro de las casas de juventud. Para mí significa admiración” (Jesús, EG).

Para otras personas como Armand (EG), es un espacio de participación en libertad y responsabilidad. Es un lugar donde la gente puede participar, implicarse y militar desde la responsabilidad y la absoluta libertad. Lydia (EG) contesta diciendo que para ella es gran parte de su vida, lleva muchos años aquí y aún está y no tiene intención de marcharse. Ella remarca que es un lugar que te impacta cuando entras ya que siempre ves a alguien trabajar, haciendo cosas que les gusta y quieras o no, acabas contagiándote y haciendo tu también cosas que te gustan. Sabes que puedes salir pero no quieres, es parte tuya y siempre quieres estar ahí. Iván reafirma lo que dice Lydia pero además remarca que es un espacio donde aprender y sobretodo disfrutar.

Noel (EG) siente que Maranya es un espacio con muchísimas posibilidades, un lugar de mucho trabajo pero que aún tienen muchas cosas que ofrecer. En este sentido habla también Jose (EG) afirmando que es un espacio que se está construyendo continuamente, se reinventa siempre pase lo que pase y observa que cada vez tiene más peso en el municipio. Algo que echa de menos es que no se implique más gente, le gustaría que más personas participaran de esto porque siente que puede aportar muchas cosas. En ello le apoya Armand diciendo que es un proyecto necesario. El asociacionismo en España se ha perdido y nos centramos en un discurso único individualista y competitivo, esas son las razones por las que Armand cree que Maranya es piedra angular para convertirse en espacio de referencia de que las cosas se pueden hacer de otro modo.

“Deberían estar ocupando un lugar importante en el municipio como referentes de un trabajo juvenil, de un trabajo en juventud”

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